*Delincuencia “legal y con papeles”
Por César Peña Sánchez
Lázaro Francisco Cruz Escobedo, señalado como estafador. |
Zempoala, Hgo..- Una banda
bien organizada de delincuentes ha azotado a Zempoala y diversos municipios del
Altiplano, desde hace por lo menos tres décadas despojan a campesinos y
ciudadanos de sus casas, parcelas y terrenos de manera impune, recurriendo a abogados corruptos para que el
despojo sea con la ley en la mano y así las víctimas dejen irremediablemente
sus propiedades pues son echados, muchas veces con la Policía.
Comandada por los hermanos
Lázaro Francisco y Fidencio Cruz Escobedo, han encontrado en la promoción de
juicios y demandas contra personas que carecen de escrituras y títulos de
propiedad, su modus vivendi que les ha redituado en millonarias ganancias con
las que han construido su imperio del crimen.
En particular, Lázaro Francisco
Cruz Escobedo, no trabaja desde el año de 1983, fecha desde la cual se ha
dedicado al despojo de tierras luego de haber trabajado en la oficina de
Catastro de la alcaldía de Zempoala en esos años y darse cuenta que muchas
personas carecen de documentos legales de sus propiedades.
El restaurante con el que los Cruz Escobedo simulan su fuente de ingresos. |
Con domicilio en la comunidad
de Acelotla, donde simula tener un restaurante, este hombre ha recurrido al
principio de inversión-ganancia al ponderar el escaso dinero que desembolsa
para iniciar procesos legales como abogados, levantamientos topográficos,
valuadores catastrales, etc, para luego quedarse con sus predios mismos que
vende a precios del mercado que por mucho superan lo que gastó para hacerse de
ellos.
Decenas de
víctimas
En el año de 1998, Lázaro,
apoyado por su hermano Fidencio, intentaron despojar a los ejidatarios de
Oxtoyuca de la parcela ejidal, para lo cual inició una reclamación legal con
abogados argumentando que era suya y aportando pruebas ficticias y otras con
engaños como firmas de algunas autoridades locales, para mostrar que
presuntamente tenía la posesión legal del predio de 8 hectáreas.
Lo mismo intentaron contra
Guadalupe Monroy Mejía, ejidatario de San Antonio, a quien intentaron despojar
de su parcela por la misma fecha, terminando en el 2003 con la derrota para
Lázaro, a quien un juez giró orden de aprehensión por el delito de despojo.
Pese a todo, la vida criminal
de este hombre de la tercera edad cuya edad ya ronda en los 80 años, ya era
prolífica, pues en esa fecha ya había consagrado su método de despojo de otras
propiedades.
En el año 2014, ambos hermanos
iniciaron el proceso de despojo contra Guadalupe Baños Escobedo de un terreno
que compró en el año 2004 a Asunción Suárez Romero, vecino de la localidad de
El Cerrito y cuñado de los hermanos, aprovechando que la mujer aún carecía de
escrituras.
Este es uno de los documentos que obran en actas judiciales para despojar de su parcela a un familiar de los hermanos Cruz Escobedo. |
Un programa de escrituración
iniciado por la administración de Francisco Olvera Ruiz, ofreció a toda la
gente la oportunidad de regularizar sus terrenos donados o comprados así como
Guadalupe, con pocos papeles, pero con el aval de las autoridades locales. Pero
eso mismo intentaron hacer la dupla de sujetos, quienes vieron la oportunidad
de que les saliera casi gratis despojar a la mujer de su terreno y metieron sus
documentos incluyendo su predio, lo cual fue detectado a tiempo por Guadalupe.
Fue entonces cuando inició una
guerra legal que aún no acaba, pues Francisco y Fidencio han utilizado todos
los recursos para quitarle el predio a Guadalupe, incluyendo la compra y
complicidad de autoridades (la hija de Fidencio, Candelaria, les firmó los
documentos para concretar el despojo siendo delegada de la comunidad), la
intimidación y el acoso para que desista de sus pretensiones y les deje su
casa.
Ambos sujetos no tienen recato
ni por su propia familia, pues en el año 2017 Francisco despojó a su propio
hijo de un restaurante que el joven adquirió y financió desde los Estados
Unidos, donde se encontraba laborando para poder construir un futuro aquí que
nunca encontró con su ambicioso progenitor.
En el año 2008, aparecería
otra víctima más de estos sujetos: Aurora, quien fuera esposa de su hermano
menor Agustín Cruz Escobedo, a quien le quitaron más de la mitad de su terreno
ubicado también en el municipio de Zempoala.
En la mira de las autoridades
Hoy, producto de este
mecanismo ilegal que hicieron legal como lo han hecho otras bandas de
delincuentes en la Ciudad de México y Edomex, estos hombres tienen un imperio
de por lo menos diez parcelas, 15 casas, autos, tractores y una vida llena de
lujo y comodidades producto del robo.
Hay historias de despojo que
los señalan a ellos como los autores en comunidades, además de San Antonio y
Acelotla, en Venustiano Carranza, Tepa, El Cerrito, cabecera municipal, San
Juan Tepemazalco, Zacuala, El Barrio y también en los municipios contiguos de
Tlanalapa y Singuilucan donde han dejado la huella de que el robo legalizado es
posible, dejando a decenas de familias sin sus propiedades.
Por esta situación, la
Procuraduría General de Justicia ya les sigue la pista a estos sujetos y está
llamando a quienes han sido víctimas de despojo a presentar las respectivas
denuncias para así poder procesar a estos sujetos a los que ni su avanzada edad
ha frenado en sus propósitos criminales.
Curiosamente, ambos sujetos
son producto de una herencia criminal, pues sus padres eran propietarios de un
negocio de comida en la carretera México – Tulancingo donde además,
clandestinamente, se prostituía a mujeres, principalmente jóvenes durante la
década de los 70 y principios de los 80, generándoles copiosos dividendos.
Hoy, siguen ellos mismos,
estos pasos en la delincuencia “legal y con papeles”.
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